viernes, 10 de julio de 2009




MIGUEL ÁNGEL ESCULPE EL "DAVID"
Estas manos que te esculpen
presumiblemente mías
entretejen resplandores y reflejos
que nos son comunes.
Aquí,
en mi taller
estás en plena juventud.
Los músculos fuertes y tensos,
la mirada segura del blanco de su destino.
En tus manos rigurosas
la honda y su piedra con la que derribarás
a tu mortal enemigo, Goliat,
quien desde su altura ni siquiera te sueña.
Mas tú, valiente David
sabes que una ausencia magistral te protege.
Al igual que yo
sientes al campo de batalla como el lugar
donde se consumará tu obra.
Pero cuando venzas y ocupes tu trono
recuerda
que en el poder no reside la belleza




EL TEMPLO
Donde está el naranjero
se yergue triunfante el templo de mi infancia.
¿La llave está en la puerta
o soy yo quien la tiene en la mano?
Entro
dejando en la calle al hombre que soy,
al enjoyado por la luz del tiempo
y observo un chico que juega
mientras un espejo me enfrenta
a este presente que fue el futuro de mi pasado.
Miro por sobre el hombro hacia el pupitre
en donde me desvelé por la primera palabra,
luego vinieron otras que se encadenaron
a esta constelación de sortilegios y astucias.
Una torá se desliza a través de mi memoria
y el fuego está encendido:
todo relumbra mientras palpo en los bolsillos
esa llave que quizá dejé en la puerta.
Me alejo de aquel templo de Olivos
pero algo mío se queda recostado en la luz de la galería
pues nada soy sino ese chico que vino a refugiarse
y luego cantará con el sábado
para que el vigía esté en su torre
cuando todo despierte.


Daniel Chirom, Candelabros (1999).
In Memoriam

1 comentario:

  1. Hermosos poemas, sobre todo el segundo, y hermoso homenaje María del Carmen.

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