jueves, 26 de febrero de 2009

John Singer Sargent, Cachemira


Un padre
que te suelta
la mano
un segundo antes
de que mueras.

Si sólo supieras
que no quería dejarte.





Y caminamos solos
por el día y por la noche.
Desde aquel día
caminamos solos.

Y todavía hay quienes ven
las huellas
del que nos llevaría
de la mano.





Y nos convertimos
en niños
que van cantando
con una escudilla.
Nos convertiríamos
en estatuas,
de ésas que se deshacen
con sólo tocarlas.





De pronto
nos dimos cuenta
de que íbamos a ser huérfanos.

El cielo
se nos vendría encima
como castigo.


María del Carmen Marengo, El camino de los ángeles (2003)

1 comentario:

  1. Desde Perú, saludos poeta. Me gusta tu blog. Te linkeo inmediatamente.

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