lunes, 16 de febrero de 2009



Colibrí


Corazón vagabundo del rocío
que va a caerse pero que no cae
sobre la rosa quieta que lo atrae
con el silencio de su señorío.

Gema creciendo en azulado brío
que el aire en lila pálido desvae,
viene viniendo, pero se distrae
y estalla sobre el pecho del estío.

Vibra en capullo su fogosa seda
y vacilante, yéndose se queda
rizando el oro el borde de la rosa.

Y cuando en cielo ha desaparecido
como el aroma seco del olvido
su sombra vuela en una mariposa.


Manuel J. Castilla, Posesión entre pájaros (1966)




Pájaros bañándose


Eran pájaros sueltos en el aire.
Un círculo de pájaros que giraba y giraba
sobre su propio vuelo oscuro
entre el cielo y el agua en el crepúsculo.

Caía y no caía sobre el río.
A ratos descendía.
Tocaba con el pecho cada pájaro el agua
y el agua era una espuma levantada,
otro pecho de pájaro deshaciéndose al aire,
un nido de cristal desmoronado,
un capullo partido en gotas claras.

Eran pájaros sueltos en el aire.
Una rueda aleteante y silenciosa
cayéndose y mojándose,
levantándose y yéndose,
volando y regresando.

Tocaba con el pecho cada pájaro el agua.


Manuel J. Castilla, El cielo lejos (1959)

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